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martes, 8 de julio de 2014

Reales Alcázares de Sevilla, -XIII. El Palacio Gótico.

Si volvemos al Patio de la Montería y, colocados de frente a la fachada del Palacio Mudéjar, miramos a nuestra izquierda, veremos un pasillo, al que se le denomina Galería Dieciochesca, por el que podremos acceder al Patio del Crucero, antesala del Palacio Gótico.
En la fachada lateral izquierda del Patio de la Montería 
podemos ver el arco de acceso a la Galería Dieciochesca.
Galería Dieciochesca. A la derecha se encuentra la entrada al Patio del Crucero.
Antes de proseguir querría comentar que, aunque es común el error de considerar que el Palacio Mudéjar es anterior al Palacio Gótico (por aquello de que uno tiene estilo musulmán y el otro cristiano), lo cierto es que el Mudéjar fue mandado construir por Pedro I, tataranieto de Alfonso X, bajo cuyo reinado se levantó el Gótico.
Patio del Crucero y Palacio Gótico, vistos desde la Galería Dieciochesca.
Como digo, el Palacio de Alfonso X se levantó en 1.254 sobre el anterior palacio almohade, del que solo permanece hoy día el Patio del Yeso.
En sus principios, el Patio del Crucero presentaba dos niveles; el más bajo, a unos cinco metros por debajo del nivel actual, tenía la disposición típica de los jardines árabes, dividido en cuadrantes delimitados por setos, con un largo estanque central y dos albercas en los extremos. De este nivel tan solo queda lo que conocemos actualmente como Baños de doña María de Padilla.
La parte superior estaba a la misma altura que ahora, contando con cuatro galerías que lo rodeaban y dos caminos centrales, en forma de cruz.
Aquí lo vemos desde la galería del palacio.
Esta disposición cambió radicalmente tras el terremoto de Lisboa, en 1.755, que afectó, como a otros muchos edificios, gravemente al conjunto. Tras múltiples discrepancias entre los más reputados arquitectos locales (Ignacio Moreno, maestro mayor del Alcázar, Pedro de Silva y Ambrosio de Figueroa, maestros mayores del arzobispado, y Pedro de San Martín, maestro mayor del cabildo municipal), se encargó de la remodelación al ingeniero militar Sebastian Van der Brocht, que estaba finalizando los detalles de la construcción de la Real Fábrica de Tabacos.
Galería del Palacio Gótico.
Su actuación consistió en macizar la mayor parte del nivel inferior (lo mismo que hizo con la Torre del Oro) respetando tan solo el estanque central y algunos huecos en los laterales del pasillo (actuales Baños) y formando el patio rectangular que hoy podemos ver. Consta de cuatro jardines delimitados por setos, con un anchísimo pasillo central y una sola galería, en la entrada al palacio, formada por cinco arcos de medio punto apoyados sobre pilastras cajeadas, acompañada cada una de dos columnas de mármol blanco.
Portada de acceso al Palacio Gótico.
Las dos portadas del patio son también obra de Van der Brocht, realizadas en el estilo barroco imperante en la época. La portada de acceso al palacio dispone de vano rectangular, rodeado de abundante talla en piedra de motivos vegetales y coronado por dos querubines que sostienen el escudo de Castilla y León.
Entramos ya en palacio directamente, (a diferencia del Palacio Mudéjar, no cuenta con ningún tipo de vestíbulo o distribuidor), a la Sala de Tapices. Recibe su nombre de los seis grandes tapices que representan la conquista de Túnez en 1.535 por el emperador Carlos; son de origen flamenco y fueron tejidos por Francisco y Cornelio Van der Gotte, aunque los actuales son copias del siglo XVIII. Los tapices originales fueron tejidos en Bruselas, en el  taller de Willem Pannemaker, a partir de 1.546 por encargo de la regente María de Hungría, hermana del emperador Carlos.
Sala de Tapices.
La colección estuvo expuesta en Londres en 1.554, con motivo del matrimonio entre el príncipe heredero Felipe (más tarde Felipe II) y la reina inglesa María Tudor (alias Bloody Mary, María la Sanguinaria). En el siglo XVIII los originales estaban tan dañados que Felipe V encargó en 1.740 las copias en seda y lana que ahora se exponen.
Muestro a continuación las imágenes de los seis tapices de la sala:
Imágenes de los seis tapices de dan nombre a la sala.
Este espacio es el que más graves daños sufrió a consecuencia del terremoto de 1.755, por lo que debió ser derruido y levantado de nuevo. El resto de salas tan solo requirieron labores de refuerzo.
El salón es sobrio, con suelo ajedrezado de mármol de diferentes colores, pequeño zócalo de mármol rosado de unos cincuenta centímetros en las amarillas paredes y cinco bóvedas que no se distinguen bien si son baídas con ligeras aristas, (con líneas geométricas y escudos realizados en estuco blanco) o de crucería. La central muestra una linterna, adornada con imágenes de querubines, que ilumina la sala. En los extremos de la sala aparecen también un escudo heráldico monárquico en la clave  de cada arco.
Una pequeña placa de mármol recuerda que este salón se constituyó el 21 de junio de 1.982 el primer Parlamento de Andalucía.
La fotografía se comenta por sí misma.
Frente a la puerta de entrada, un amplio vano rectangular nos conduce a las Sala de las Bóvedas o de las Fiestas.
Puerta de comunicación entre la Sala de los Tapices y la de las Bóvedas.
Posee dos puertas, una en cada extremo. La izquierda nos comunica con una habitación que nos lleva al Jardín del Chorrón, junto al Estanque Mercurio, en tanto que la situada a la derecha nos conduce a la capilla. En el centro de la pared frontal, un mirador nos permite la visión de los jardines a través de una cristalera.
Lado izquierdo de la Sala de las Bóvedas.
Lado derecho de la Sala de las Bóvedas. Al fondo, la puerta de entrada a la Capilla.
Mirador.
El techo muestra arcos ojivales de gran alzado apoyados sobre ménsulas, mostrando las típicas nervaduras góticas. Las paredes están cubiertas de azulejos hasta unos dos metros de altura, igualmente debidos a Cristóbal de Augusta, al que fueron encargados con motivo de la boda real entre Carlos I e Isabel de Portugal. Asímismo, en esta sala se celebró el banquete de la citada boda. 
Sobre los azulejos cuelgan seis grandes tapices con escudos heráldicos y escenas relacionadas con el descubrimiento del Nuevo Mundo.. El suelo es de olambrilla, combinando losas cuadradas de dibujos azules con otras rectangulares de mármol blanco.
Bóvedas que dan nombre a la sala.
Tapices de la Sala de las Fiestas.
Azulejos de la Sala de las Fiestas.
Nos dirigimos ahora a la Capilla que, como veíamos antes, se encuentra a la derecha de la puerta de entrada a esta sala. Preside la estancia el retablo de la Virgen de la Antigua, de estilo bizantino, realizado por Diego de Castillejo en el siglo XVIII. La pintura de la Virgen es copia anónima y fidedigna (excepto por la ausencia de Maese Rodrigo) del original de la catedral de Sevilla.
Capilla del Palacio Gótico.
Pies y coro de la capilla del Palacio Gótico.
Retablo de la Virgen de la Antigua.
Copia de la Virgen de la Antigua (original en la catedral).
Detalle.
Altar del retablo.
Sobre el retablo, una vidriera ovalada con el escudo real mostrando las armas de los reinos de Castilla y León ilumina la sala, auxiliada por tres lámparas de hierro forjado de siete brazos.
El techo sigue el mismo esquema de la Sala de las Bóvedas, al igual que el alicatado de las paredes. Sobre los azulejos cuelgan varios cuadros, alguno de ellos de buen tamaño.
Pinturas de la Capilla del Palacio Gótico.
El muro izquierdo presenta zonas rehundidas, a modo de hornacinas, en las que se muestran un antiguo órgano y un confesionario.
Confesionario.
Órgano.
Zócalo de azulejos.
Volvemos a la Sala de las Fiestas y pasamos al extremo contrario de la habitación, hasta llegar a una pequeña estancia acristalada, que nos sirve para bajar al Jardín del Chorrón, inicio de nuestra próxima entrada.
Imágenes de la sala de comunicación entre la Sala de las Fiestas y el Jardín del Chorrón.
Fachada del Palacio Gótico vista desde el Jardín del Estanque de Mercurio.
Finaliza aquí el recorrido por el Palacio Gótico o de Alfonso X.

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